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La consciencia

M\ M\ Oscar Esqueda

Pienso y luego existo.

Por siglos se ha debatido la explicación de la consciencia, el uso de la palabra ha estado en la cultura popular desde hace mucho, a veces incorrecta o estirando su significado, el cual si puede ser amplio.

La palabra «consciencia» tiene su origen en el latín «conscientia», que a su vez deriva de «conscius». «Con» significa «junto» o «con», y «scius» proviene del verbo «scire» que significa «saber» o «conocer». Por lo tanto, etimológicamente, «consciencia» implica estar «conocedor» o «saber junto con».

En si el significado de la palabra, habla de tener conocimiento de algo, como un oficio o simple saber, “soy consciente que el fuego quema”, darle el poder de determinar todas tus acciones, “mi consciencia no me permite hacer eso”. En si el papel de Pepe Grillo, otorgado a la versión de 1940 de Walt Disney le da facultades de intentar gobernar a Pinocho en sus acciones, esto como una alegoría de aquella voz que te hace cavar pozos profundos a los vicios. Continuando con el significado, aplica también al conocimiento de tu entorno o en su forma de verbo: Concientizar, que es tomar consciencia o conocimiento de algo o hacer que alguien caiga en cuenta sobre un tema en particular. Podría continuar ya que depende el contexto y la disciplina da su uso y significado, he aquí otro significado – es aquella capacidad intuitiva, sujeta a desarrollo y perfección por medio del raciocinio y la experiencia, de conocer el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar, para la conservación del individuo y de la especie humana.

Aunque para mí, esta definición se acerca más a instinto, que son impulsos biológicos que están relacionados con la supervivencia y la adaptación de los organismos al entorno. Estos patrones de comportamiento instintivos suelen ser comunes en una o varias especies y se activan como respuestas automáticas a estímulos específicos del entorno, como estar presente a un depredador, donde la reacción puede significar vivir un día más.

La consciencia, la cual no sólo es la señal de inteligencia, ya que hay muchos animales inteligentes, como primates que usan herramientas para algunas actividades, como la alimentación. Un caso excepcional de un análisis realizado a varias especies de loros y cacatúas, donde se les enseño a usar una tableta para poder comunicarse con otros de su especie y no sentirse “tan solos”, Rebecca Kleinberger, encontró, en un estudio realizado[1], que este tipo de animales son el cuarto animal doméstico más popular en los Estados Unidos Americanos, el cual tiene una inteligencia notable y que por lo mismo requiere de estímulos para entretenerse y no caer en el aburrimiento, siendo animales además altamente sociales.

Las aves fueron enseñadas, casi sin intervención humana a poder comunicarse entre ellos, con el uso de un iPad o tableta y el software para iniciar y contestar las videollamadas, esto demuestra un nivel de consciencia superior a otras especies animales.

Dicho esto, estas aves están en la lista de 5 animales que pueden reconocerse en un espejo según el «experimento del espejo» o «prueba del espejo». Prueba desarrollada por el psicólogo Gordon Gallup Jr. en la década de 1970.

Por lo tanto, el tener inteligencia no demuestra que la especie animal tenga consciencia, el hecho que un elefante del zoológico de San Diego pudiera pintar, prueba hecha en 1990 para ver si eran capaces de crear patrones y diseños, no es concluyente para determinar si existe inteligencia en los animales. Estos estudios caen dentro de la etología cognitiva, que se centra en investigar las capacidades cognitivas y mentales de los animales.

La consciencia, en si es el saberse vivo, consciente de su existencia y por ende el poder tomar decisiones, aun cuando estas decisiones vayan en contra de su propia existencia, he aquí donde entra el libre albedrio, aunque un animal lo posea en cierto sentido, está atado a su bajo nivel de consciencia o instinto.

A menos que sea entrenado, un perro no salta de un paracaídas por gusto propio, encontrando un estímulo externo en su entrenamiento el hacerlo. En cambio, una persona, su estímulo para realizar acciones que puedan atentar contra su propia vida, no hablando de un suicidio, aunque si de deportes extremos como brincar de un edificio con un paracaídas o el parkour en azoteas de edificios, es un estímulo interno, tanto hormonal como de satisfacción personal, que diferencia a nuestra especie de las demás y nos ubica en la punta de la gran cadena zoológica como lo dice la liturgia.

Esto aunado al poder de raciocinio que posee el ser humano para la resolución de problemas, toma de decisiones y la enorme creatividad que se posee que nos ha llevado a nuestra sociedad actual llena de altos logros científicos y tecnológicos.

Nuestra evolución nos ha llevado a este punto, actualmente se estudia el hecho que hayamos convivido con otras especies homo, como los neandertales y erectus o el neandertal y sapiens, del cual se cree que hay vestigios actuales de ellos en nuestro ADN, actualmente nuestra especia es llamada homo sapiens sapiens, el uso repetido es solo una forma de separarnos de los otros homos sapiens de hace tres mil años. El neandertal pudo tener consciencia de su existencia, ya que tan solo por tener prácticas funerarias, demostraban el conocimiento de su finita vida y la posibilidad de la continuación o ¿por qué hacer dichos ritos o prácticas?

Otra señal que nos separa de otras especies es nuestro complejo lenguaje, que nos permite explorar y dar un matiz de sentimientos y emociones, que, aunque presentes en otras especies “inferiores” nos permite una socialización más compleja y profunda entre nosotros, el intentar explicar los fenómenos de la naturaleza y darles un significado que nos llevó a las modernas religiones y escuelas de misterios regadas en el mundo.

He ahí, como dice John Locke, que al nacer nuestra mente es como una “tabla rasa” o yo lo llamaría un recipiente vacío, como lo expresa en su ensayo sobre el entendimiento humano, esperando ser llenado por las experiencias de vida, que nos daría en sí, el significado a nuestra existencia. Ya que la consciencia individual, es una acumulación de experiencias que nos hace “ver” nuestra vida y que nuestra realidad interpretada no es necesariamente igual a la de los demás, sólo por el hecho de ver como los gemelos son casi idénticos en ADN y que sus acciones e interpretación de su entorno no es el mismo, una historia que uso en pláticas y conferencias sobre desarrollo humano, es aquel donde dos Gemelas fueron abordadas por un grupo de jóvenes, las dos fueron violadas y maltratadas, una de ellas vivió resentida sobre la vida, los hombres y la sociedad en sí, donde nunca volvió a sentirse segura, la otra, en cambio se convirtió en una activista que busca como defender y frenar sobre estos casos, suena muy bonita y adornada la historia, casi una fábula, aunque esto fue real para Rosa Elvira Cely y Luz Adriana Cely de Colombia, Diana y Mirna López en Guatemala o sin ser tan extremos Emmeline Pankhurst y su hija Christabel Pankhurst.

Muchas veces, la vida real algunas veces es más increíble y fantástica que lo que pudiéramos encontrar en libros o películas.

Retomando, filósofos como Kant habla que es una condición trascendental necesaria para poder experimentar y comprender el mundo, Husserl, el cual, desde mi entendimiento, intenta no darle un sentido a la consciencia, es decir, suspender los juicios y las creencias previas para poder entender la experiencia en sí misma, Nagel, que la consciencia no puede ser explicada.

Pienso y luego existo.

Y la realidad es una creación de la forma que vemos y comprendemos las experiencias y sucesos que nuestra consciencia trae al momento que estamos viviendo.

Regresando a esta frase, donde mi cerebro interpreta mi experiencia o suceso actual en varias formas, si lo pongo desde la perspectiva del neurocientífico y psicólogo estadounidense Paul D. MacLean en la década de 1960 habló de tres partes o cerebros que forman, el cerebro humano.

Estas tres partes se conocen como «cerebro reptiliano», «cerebro límbico» y «neocórtex». Siendo uno de más bajo nivel que el otro y según fuimos evolucionando, y que estos nos permiten percibir la realidad de diferentes maneras y de ahí obtener una consciencia más completa de nuestra realidad.

Es cierto que este estudio no ha sido aprobado aun y, es más, está siendo debatido, sigue siendo muy difundido en la comunidad científica.

El cerebro es aún, un órgano de muchos misterios, el cual, aunque ha sido investigado en pequeños roedores en laberintos o en el polémico y yo diría profético experimento universo 25, donde estos animales “inferiores” demuestran un comportamiento que los humanos estamos presentando en las urbes modernas.

Todo esto me lleva, del superhombre a una supra consciencia, que se vuelve consciente de sí misma y manifiesta todas las posibilidades posibles en un ser humano.

Para terminar, debo decir que, en el budismo o taoísmo, en las prácticas de meditación, de las diferentes técnicas o formas, aunque su fin es el mismo “la autorregulación de la atención en el aquí y el ahora[2]”, estar presente y consciente, la meditación tiene tres niveles: la preparación, el proceso y el resultado final, los dos últimos son llamadas samadhi, el último de ellos, la meta final es un nivel en el que la mente no participa pues se le deja atrás. Este nivel va más allá de la mente. Aun siendo “conscientes” de nuestra existencia, en ocasiones preferimos apagarla y vivir en un vacío, en un automático donde sólo reaccionamos, no accionamos, donde nos preocupamos y no nos ocupamos, donde somos los mejores bomberos apagando fuegos inmediatos en vez de ser sabios para estar conscientes de todos los escenarios posibles y estar preparado.

Hay tres niveles, corpóreo o físico, tu nivel mental donde posiblemente radique la consciencia, aunque no sea su última casa, es donde “inicia” el camino, el cambio de un simple mortal al Super hombre y la supra consciencia y de ahí parte en su camino iniciático o despertar para su última morada, que donde la consciencia se libera del yugo de lo material y se manifiesta en todas las posibilidades del universo como lo relata el cuento corto escrito por Andy Weir, El Huevo.

Entonces, esto me lleva a comprender que el Libre Albedrio no existe, es una ilusión de nuestras mentes por la forma en que entendemos el tiempo, aunque ese es tema para otro trabajo.

 

[1] Periódico El País, 5 de mayo de 2023.

[2] Meditación, el arte y la ciencia de Swami Veda Bharati